Integración Psicosomática

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Felden Qué

El método Feldenkrais es un método de educación somática. ¿Qué quiere decir esto? Pues que es un método para aprender a conocer mejor tu cuerpo, pero sobre todo para aprender a conocerte a través de tu cuerpo. Por eso deberíamos hablar en realidad de un método de autoconocimiento y desde luego de una pedagogía o un método educativo.

¿Que cómo se hace eso? Pues esta genialidad la fue desarrollando a lo largo de muchos años de investigación y búsqueda, Moshé Feldenkrais, ingeniero físico de profesión y ante todo un gran humanista. En un principio la idea surgió a partir de la necesidad de rehabilitarse a sí mismo tras una lesión deportiva. Posteriormente fue desarrollando sus ideas y sus aplicaciones prácticas y vio que era de gran utilidad en un amplio abanico de situaciones. Moshé vio que no solamente aliviaba molestias físicas que podían haber estado presentes durante años, sino que actuaba sobre otras esferas del ser humano menos «tangibles» como la creatividad, la espontaneidad, liberación de bloqueos emocionales, la vitalidad.

Esto se explica mediante una de sus ideas claves que dice que toda acción está compuesta por cuatro elementos: movimiento, emoción, sensación y pensamiento. Por ello al actuar sobre una de ellas, en nuestro caso el movimiento, actuamos sobre todas las demás. Al ir tomando conciencia de cómo nos movemos permitimos a nuestro sistema nervioso recuperar de nuevo todo su potencial y eliminar las tensiones y movimientos parásitos que nos consumen energía y nos restan vitalidad. De ahí que pueda serle útil a un atleta con una lesión de rodilla o a un escritor que se encuentra bloqueado y que no entiende cómo hacer una serie de ejercicios en una colchoneta puedan ayudarle de nuevo a escribir.

El marco teórico del método es amplísimo, hay que tener en cuenta que durante toda su vida siguió perfeccionando su trabajo y siguió investigando en disciplinas tan dispares como las artes marciales, la psicología, la filosofía, la pedagogía, el desarrollo psicomotor del niño, sociología, antropología…y todos esos conocimientos los fue recogiendo y adaptando a su método de forma práctica y concreta, de ahí su genialidad.

El Método Feldenkrais se fundamenta en dos pilares, las ATM o lecciones de Conciencia a Través del Movimiento y las IF o Integraciones Funcionales.

  • Las ATMs son una serie de lecciones confeccionadas por Moshé en las que se dan unas instrucciones básicas para que el alumno las siga. Suelen hacerse sobre colchoneta y duran una hora aproximadamente. Los movimientos que se proponen son generalmente suaves y lentos, con múltiples variantes para permitir al sistema nervioso explorar diferentes alternativas a los patrones habituales y optar por la opción más eficiente. Hay más de tres mil ATMS descritas, cada clase es pues diferente.
  • Las IFs son sesiones individuales sobre camilla y están basadas en los mismos movimientos que se hacen en las ATMs. En este caso el profesor utiliza sus manos para hacer manipulaciones siempre en escucha activa del sistema nervioso del alumno. De esta comunicación nace la integración funcional final que es facilitar al sistema nervioso nuevas posibilidades de organización. Se complementan con las ATMs para avanzar o profundizar en el aprendizaje.

Podríamos decir que el método nos hace ser conscientes de nuestra AUTOIMAGEN y la completa, pone luz en aquellas áreas de nosotros de las que no somos conscientes. Al hacer esto es cuando ocurre la magia, el sistema se organiza mejor, recupera todo su potencial para moverse sin esfuerzo, para dejar energía a otras facetas de nuestras ser que la necesitan y aparece un bienestar perdido en muchos de nosotros desde hace años.

¿Qué beneficios se pueden obtener al practicarlo?

Como he mencionado antes los beneficios son múltiples y muy diversos. Es ante todo un método de aprendizaje, es la aventura de conocerse a uno mismo a través del movimiento y de superar las propias limitaciones. Además, se hace desde un enfoque lúdico, respetuoso, al ritmo que cada uno se marca. El hacer cosas que pensábamos que no íbamos a poder hacer aumenta nuestra seguridad y confianza en nosotros y en la vida. También aprendemos a reconocer nuestros límites, a no sobrepasarlos, a respetarlos, a tratarnos bien.

Obviamente el irse organizando cada vez mejor y ser más eficiente hace que todo nuestro sistema mejore, ganamos flexibilidad, nos cansamos menos, nos sentimos más vitales y con más capacidad de acción.

El método muestra el gran conocimiento sobre el ser humano que llegó a poseer Moshé. Como la obra de un artista, de un filósofo, fue la culminación de una investigación, de una búsqueda que duró toda su vida y cuya finalidad, a la que dedicó sus últimos años de forma plena, era devolver al ser humano su dignidad. Hacerle ver todo su potencial. Transformarlo, empoderarlo, a través de lo experiencial, de lo concreto, que es como se aprende, con todo el cuerpo, lo cual implica a todo nuestro ser con todas sus esferas y dimensiones.

Moshé decía «no busco cuerpos flexibles sino mentes flexibles». Creo que así es como hay que aproximarse a este método con una mente flexible como la de un niño y dejarse sorprender.

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Lecciones de autoconciencia a través del movimiento (ATMs)
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